Había una vez una doctora que pasaba por una calle lejana al pueblo donde había árboles y animales, de repente salió un conejo, y le dijo:

-Para dónde vas Blancuna? 

Ella le contestó. -Yo no me llamo Blancuna, mi nombre es María Antonieta y trabajo como doctora en la ciudad.

El conejo le dice: – ¿Porqué te metes por acá si esto es una granja muy lejana a la ciudad?

Ella le respondió – Yo vine para cuidar y ayudar a los diferentes animales que estén enfermos. ¿Y tú estás solo? ¿Dónde está tú madre?

El conejo con lágrimas le dice: - Estoy solo, porque cuando pequeño estaba jugando con una mariposa y me alejé mucho de mi madre y me perdí, no supe cómo encontrarla.

El conejo al verla sola creyó que está perdida de su manada. – ¿Tú, porqué no viene con tus compañeros enfermeros, las doctoras acaso no deben estar con acompañantes para que les ayuden con los enfermos?

Sonrojada le contestó. – De pequeña mi gran sueño era poder ser una cuidadora de animales, un día en una de las clases de mi escuela la profesora pidió que habláramos de nuestro gran sueño, ese día frente a mis compañeros dije que quería ser veterinaria, ellos se burlaron mucho de mí porque eran tan vanidosos y creídos y dijeron que no querían ser amigos de una pobre campesina, por eso decidí venir sola.

El conejo le dice: - Si tú estás sola y yo estoy solo, veo que estamos en la misma situación, si quieres enséñame como cuidar de los animales. A la doctora le parece una idea genial y así podían estar siempre juntos.

Por: Gandy Parra Ocampo.

Institución Educativa Marco Fidel Suárez

Grado: séptimo

Año: 02/ 04/ 2019