Cuentos
LA SERPIENTE QUE VINO DE LA OSCURIDAD
En los confines de la selva profunda se encuentra la cepa del mundo, una caverna fría y misteriosa que conduce a la oscuridad eterna.
En el inframundo, cuentan los que cuentan, habitan seres con ojos adaptados a la oscuridad, hay extensos cultivos que son regados por ríos, quebradas, mares océanos, hay animales que vuelan, saltan, se atacan unos a otros, hay rituales de la oscuridad, hay fuego que sale de las entrañas de la tierra, se cuentan por cientos los orificios que permiten la entrada del aire; los humanos creen que son cuevas o cavernas, las leyendas nos muestran que hasta allí han llegado los seres de la oscuridad y han dejado su huella con grabados y dibujos.
No se permite el contacto con el mundo exterior, pues allí abundan las plagas, la destrucción, el caos, quienes han logrado salir no pueden regresar y deben soportar del humano, persecuciones y ataques, pues se consideran con inteligencia superior.
Por ese hueco profundo, la cepa del mundo, la serpiente ancestral vio de lejos un rayo de luz, a medida que se arrastraba se iba haciendo más intenso llegando el momento que se encegueció y ya no pudo encontrar el camino de regreso; por varias lunas trato de abrir sus ojos y finalmente empezó a observar arboles pequeños y grandes de color verde, vio aguas cristalinas, vio un firmamento azul, vio animales que volaban de vistosos colores, pero no vio criaturas, como las que habitaban las oscuridades.
Trato de descansar, sabía que debía regresar pero no encontraba como, sintió temor porque sería castigada y así llego de nuevo la oscuridad de la noche, escuchó las voces de los espíritus que le anunciaban que debía quedarse por siempre por y como castigo, su cuerpo seria segmentado para crear los pueblos de la luz.
Al amanecer sintió que le arrancaban un pedazo de su cuerpo, vio como las pequeñas escamas se convertían en seres que subían a los árboles y que en grupo se internaban en lo profundo de la montaña, así sucesivamente se fueron formando lo pueblos indígenas, hasta quedar solo la cabeza de la serpiente, que al abrir sus fauces, se convirtió en una rana de la cual brotaba una fuente de agua que se fue escurriendo por toda la faz de la tierra, formando los ríos, arroyos y quebradas.
Los pueblos indígenas, hicieron de la medre tierra su morada, aprendieron a vivir en armonía y respeto con los árboles, los animales, los espíritus; la madre tierra les dio alimento, protección y sabiduría, les enseño desde el más pequeño hasta el más grande de los secretos para vivir en la selva, les hizo prometer que serían eternamente los guardianes, de las montañas, los cuidadores del agua, tendrían que afrontar peligros de seres llegados de otros mundos, pero que al final solo sobrevivirían los secretos ancestrales que trajo consigo la serpiente del inframundo.
Aprendieron a comunicarse tocando el maguaré, desde entonces se dan cita en la maloca que tiene cuerpo de mujer, para palabrear con los mayores, para heredar los secretos del canasto, de la coca el tabaco y la yuca dulce.
Los mayores saben donde está la cepa del mundo y guardan celosamente la ruta de llegada; muchos aventureros que escuchan en las malocas estas historias, se han adentrado en las cavernas tratando de encontrar la puerta de entrada, pero fracasan en el mundo de la oscuridad, sus intentos han y seguirán siendo inútiles.
Solo los mayores cuando la tierra los cubre en su última morada terrenal para emprender el viaje definitivo, logran regresar al lugar desde donde una vez salieron, cuando eso sucede, todos las criaturas del inframundo levantan su voz que como un eco o una onda, llega a la superficie de la tierra.
Por eso cuando se sienten los temblores de la tierra es que un mayor ha regresado al mundo de la oscuridad.
Por: William Wilches
Director Museo Caquetá
El inframundo hace alusión a un mundo donde solo pueden entrar los difuntos. Las personas se refieren a él como un mundo que se encuentra en otra dimensión. En la religión católica se cree que este lugar es diferente al cielo, es decir, un equivalente del infierno, a donde llegan las almas que han sido malas en la vida.
El maguaré es un instrumento de percusión y comunicación, de uso ritual y social elaborado desde hace cientos de años por grupos nativos de la Amazonia. Es a la vez un símbolo de unión y comunión de los pueblo indígenas.